- El día que me veas mayor y ya no sea yo... ten paciencia e intenta comprenderme.
- Cuando comiendo me ensucie y no pueda vestirme...ten paciencia y recuerda las horas que pasé enseñándotelo.
- Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar... dame tu mano amiga de la misma manera que yo te ayudé a dar tus primeros pasos.
- Cuando en algún momento pierda la memoria dame el tiempo necesario para recordar, no te pongas nervioso, seguramente lo más importante no era mi conversación, lo único que quería era estar contigo.
- Ahora te toca a ti acompañarme en mi duro caminar. Ayúdame a acabar mi camino con amor y paciencia... yo te pagaré con una sonrisa y con el amor inmenso que siempre te he tenido.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Quien nos ayudó a llegar aquí
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